La publicidad es hoy una fuente de manipulación en cuanto que manifiestan verdades parciales o engañosas, con la única pretensión de vender más y más. Se ejerce sobre sentimientos, deseos, emociones ya que el uso del aspecto emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para así poder implantar ideas, miedos, comportamientos…
También se habla de los denominados problema-reacción-solución. Consiste en crear necesidades y generar una serie de insatisfacciones que pretenden a su vez compensar con la posesión del producto anunciado. Los agentes publicitarios utilizan una serie de estrategias como por ejemplo la distracción. Con esto se pretende mantener la atención del consumidor distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivados por temas sin importancia real.
La educación debe estar alerta ante esta manipulación, formando al alumnado en un sentido crítico, haciéndolos cada vez más autónomos, libres de toda manipulación.
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