Hoy en día vivimos en una sociedad posmoderna, donde el culto al cuerpo, la apariencia y la belleza son factores más importantes que el ser. Los medios de comunicación, conscientes de tales circunstancias, anteponen la venta publicitaria y consumista del cuerpo-estético a la construcción de cuerpo-ético y de la formación integral humana. Son actualmente los cauces más influyentes de reproducción de una estética corporal, de unos comportamientos de conducta y de unos estilos de vida determinados. El cuerpo es objeto de comercio en la moda, en los cosméticos, cremas, gimnasios, productos dietéticos etc. Somos consumidores del cuerpo delgado, joven y sensual, tal y como exhiben los modelos encarnados en las personas sobrevaloradas socialmente: deportistas, famosos, top-models, actores y actrices. El anhelo de conseguir este ideal puede causar alteraciones afectivas, de la conducta, trastornos como la anorexia o la bulimia etc. Que en la mayoría de los casos afecta sobre todo al sector femenino de la sociedad.
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